Microsoft ha anunciado que tiene la intención de obligar a los usuarios a actualizar a Windows 11. La empresa ha establecido un plazo límite para la actualización, que será el 31 de octubre de 2023, y a partir de esa fecha, los usuarios que no hayan realizado la actualización podrían enfrentar algunas consecuencias.

Una de las principales consecuencias mencionadas es la falta de soporte técnico y actualizaciones de seguridad. Esto significa que los usuarios que decidan no instalar Windows 11 después del plazo establecido podrían quedarse sin las últimas mejoras de seguridad y correcciones de errores, lo que podría dejar sus sistemas vulnerables a posibles amenazas cibernéticas.

Además, se menciona que las aplicaciones y servicios de Microsoft podrían dejar de funcionar correctamente en versiones anteriores de Windows. Esto incluye el acceso a la tienda de Microsoft y a las actualizaciones de algunas aplicaciones, lo que podría afectar negativamente la experiencia del usuario.

El artículo también destaca que Microsoft está enfocando sus esfuerzos en Windows 11 como la versión principal de su sistema operativo, con mejoras en el rendimiento, la seguridad y la compatibilidad con hardware más moderno. Se mencionan los requisitos mínimos del sistema para Windows 11, que pueden ser más restrictivos en comparación con versiones anteriores.

En resumen, Microsoft busca obligar a los usuarios a actualizar a Windows 11 antes del 31 de octubre de 2023, advirtiendo que aquellos que no lo hagan podrían enfrentar la falta de soporte técnico, actualizaciones de seguridad y posibles problemas de compatibilidad con aplicaciones y servicios de Microsoft.